Fácil, barato y rápido. Estas tres palabras son las que definen a la perfección las características básicas de la comida rápida.
Este tipo de comida, la podemos encontrar en diferentes variantes, por lo que es muy fácil dejarse seducir por estos productos.
Consumirla reiteradamente o tenerlo como hábito, puede ser perjudicial para la salud ya que tiene bajo valor nutricional, alto contenido en grasas, calorías y sodio.
Algunos de los problemas que puede acarrear son la obesidad, la diabetes o enfermedades cardiovasculares.
El consumo de comida rápida o chatarra contienen grasas saturadas y grasas trans, lo cual hace que aumenten los niveles sanguíneos de colesterol y se tenga el riesgo de poder padecer una enfermedad cardiaca coronaria.
También se corre el riesgo de que se aumente de peso, debido a que se consumen más calorías de las que se gastan y al ser vacías, no aportan ningún nutriente.